Empecé a fumar con 15 años, todavía recuerdo ese primer cigarro que le robamos al padre de una amiga, y la tos que me entró, hasta me dio la sensación de mareillo, mi primera impresión fue ¡Qué asco!, pero lo que hace la insistencia, luego fueron algunos fines de semana, y ya empezaba a gustarme más, seguí insistiendo en algún momento entre amigos, luego en los exámenes y esa manera de conocer a gente pidiendo fuego, y sin darme cuenta ya estaba en mi vida, conseguí aprender a fumar.  Pasé de comprar un paquete a la semana a comprar tres y cuatro, y poco a poco ya casi era el paquete diario, y bueno que decir de esos momentos en los que vives las 24 horas del día, ahí sí que era más de uno… Y cada vez que lo quería dejar, yo no sé que me pasaba ese día, que en lugar de fumar menos, ese gran día de dejar de fumar, ese día era el que más fumaba. A veces me pregunto por qué nadie me avisó que me iba a costar tanto alejarlo de mi vida, cuántas veces he dicho que lo iba a dejar y no lo hice, si llego a saber todo el esfuerzo que me supuso dejarlo, con ese QUÉ ASCO no lo hubiera vuelto a coger.

Lo bueno es que descubrí un método con el que dejarlo, te lo recomiendo, si quieres tú también puedes hacerlo, método SENSETABAC,

¡Seguro que lo dejas!

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